Durante una charla íntima con Santiago, la noche se convirtió en escenario de una confesión honesta y poderosa. Él, con tono observador, le dijo:
“Yo noto que tenés muchas ganas de quedarte… ¿es porque te da miedo el afuera?”
Luz, firme y sin rodeos, respondió: “No, no es miedo. Llegué a esta instancia y quiero ir por más. Rompí mis propias expectativas. Estoy con más fuerza que nunca. La visita de los familiares fue una recarga emocional que me dio impulso.”
Entre luces tenues y emociones a flor de piel, quedó claro: Luz no solo quiere quedarse… está lista para luchar hasta el final.