El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el 7 de mayo, decidieron el lunes los cardenales de la Iglesia católica en medio de la expectativa que despierta la elección del nuevo líder espiritual de 1.400 millones de fieles.
El portavoz del Vaticano informó la fecha, al tiempo que el Museo Vaticano anunció el cierre de la Capilla Sixtina, la majestuosa estancia adornada con los célebres frescos de Miguel Ángel, situada en el Palacio Apostólico.
Los cardenales participarán el próximo miércoles en una misa solemne en la Basílica de San Pedro del Vaticano, tras la cual los que tengan derecho a voto -menores de 80 años- pasan a encerrarse para votar en un proceso secreto que puede durar varios días.
¿Quién participa del cónclave?
Los 252 cardenales de la Iglesia fueron convocados a Roma tras la muerte de Francisco el 21 de abril y 224 acudieron al funeral el pasado sábado.
Todos ellos tuvieron voz y voto en la elección de la fecha del cónclave, pero solo 135 -los menores de 80 años- pueden participar en la elección.
El 80% de los «cardenales electores» fueron nombrados por Francisco y proceden de todos los rincones del planeta, incluida regiones que históricamente fueron poco representadas.
¿Cómo se vota al nuevo papa?
Los cardenales celebran cuatro votaciones al día -dos por la mañana y dos por la tarde- hasta que un candidato obtiene dos tercios de los votos. Las papeletas y las notas tomadas por los cardenales se queman en una estufa cada dos rondas de votación.
La chimenea, visible por los fieles desde la plaza de San Pedro, expulsa humo negro si no se logró escoger a ningún papa y una fumata blanca en caso de una elección. Tras tres días sin lograrse el nombramiento de un pontífice, la votación se suspende para un día de oración.
¿Qué pasa tras la elección del nuevo papa?
El cardenal elegido deberá responder a dos preguntas del decano: «¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?» y «¿Cómo quieres ser llamado?». Si responde sí a la primera, se convierte en papa y obispo de Roma.
El nuevo pontífice se retira a una habitación conocida como la Sala de las lágrimas para ponerse el traje papal. Desde el balcón de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia «Habemus papam». A continuación, aparece el nuevo pontífice e imparte su bendición «urbi et orbi» (A la ciudad y al mundo).